La Fundación Paco Candel y el Centro de Estudios de L'Hospitalet han reunido este fin de semana a unos sesenta estudiosos de la obra de Francisco Candel en la biblioteca del barrio de La Marina dedicada al autor, dentro de los actos conmemorativos del 50 aniversario de Los otros catalanes, publicado por Edicions 62.
Los participantes acordaron por unanimidad dirigirse al Ayuntamiento de Barcelona para que, pasados los cinco años previstos en las normativas municipales desde la muerte del escritor, la ciudad le dedique una plaza o una calle, en consonancia con su reconocida relevancia, y que el monumento a Los otros catalanes, que el movimiento asociativo quiere impulsar por suscripción pública, se erija al lado de la Biblioteca Francesc Candel, muy cerca de donde estuvo el domicilio del autor.
17 comunicaciones presentadas
En el transcurso del Encuentro de Estudios Los Paisajes de Paco Candel -tal como se define la convocatoria del evento que presentó el presidente del Centro de Estudios de L'Hospitalet, Manuel Domínguez- fueron expuestas un total de diecisiete comunicaciones que analizaban la trayectoria del escritor a partir de la realidad social del antiguo barrio de Can Tunis, actualmente la Marina de Sants, entrando a fondo en la problemática del chabolismo característico de la época en que Candel tituló uno de sus libros más carismáticos Donde la ciudad cambia su nombre, así como las oleadas inmigratorias anteriores a la llegada de la familia Candel desde la comarca valenciana de habla aragonesa el Rincón de Ademuz, la escolarización en el barrio, la vinculación a la parroquia Virgen del Puerto de la que su padre era sacristán, el peculiar lenguaje popular de Can Tunis o la desaparición de las masías de la Marina de Hospitalet -actual Zona Franca-, la llegada de los emigrantes de la posguerra, el estigmatizado asilo de la colonia Virgen del Puerto, el paso por la política desde el Ayuntamiento de L'Hospitalet y el Senado por la candidatura Entesa pels Catalans, y su vinculación a la llamada Generación Literaria del Medio Siglo, cuestionando la supuesta formación académica de un Candel aceptado por el gran público y a menudo marginado por la crítica, a pesar de que su obra se ha convertido en un documento imprescindible para conocer la realidad suburbial de la Barcelona de posguerra. No faltaron referencias a sus editores: Janés y Cahner, y amigos como Tomás Salvador, Xavier Fàbregas o Ferran Soriano, y referencias a la relación del escritor con el tejido asociativo que ayudó a un mejor conocimiento de su obra.
Aquí podéis consultar los nombres de los participantes y el resumen de las comunicaciones.
Jaume Guillamet, Jaume Botey, Andreu Domingo y Joan Antoni Solans hablan del Candel escritor, analista social, activista y cronista de una Barcelona que se quisiera olvidar
El encuentro se había iniciado con una ponencia del periodista Jaume Guillamet, actualmente catedrático de la Universidad Pompeu Fabra que, desde el enunciado Candel periodista, Candel escritor hizo un cuidadoso análisis del autor en profundidad y proximidad, dado que los Guillamet vivían muy cerca de los Candel, concretamente en la primera manzana del paseo de la Zona Franca. Esta vecindad hizo que la boda de Jaume Guillamet fuera descrito por Candel. El ponente dio valor a la obra candeliana por el contexto político y legal en la que se produjo y, finalizó diciendo que la censura fue un estímulo para periodistas y escritores para pasarla por encima.
El profesor de Historia de la Cultura de la Universidad Autónoma de Barcelona, Jaume Botey, también reconocido analista de las temáticas de la inmigración desde su experiencia personal como activista social, compañero de Candel en la candidatura del PSUC en las primeras elecciones democráticas municipales, la analizó desde el compromiso y la lucha por la democracia. Botey afirmó que la pobreza es el nexo común entre la inmigración de la época Candel y el actual, en el que además, se niega la condición de ciudadanos a los que no se quiere dar papeles.
El demógrafo Andreu Domingo, subdirector del Centro de Estudios Demográficos, hace un detallado análisis sobre las olas inmigratorias y el arraigo de los recién llegados. La tesis que sustentó Domingo es del todo contundente cuando afirma que sin las oleadas inmigratorias del siglo pasado la lengua catalana no hubiera existido con la fuerza que tiene ahora. Hay que recordar, según el demógrafo, que un 70% de los catalanes es producto directo o indirecto de la inmigración.
La transformación urbanística del espacio candeliano
La conferencia de clausura corrió a cargo del arquitecto urbanista Joan Antoni Solans, a quien, Pere Baltà, presidente de la Fundación Paco Candel, presentó como artífice de la transformación urbanística de los espacios candelianos, sea como responsable de urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, como director del Plan General Metropolitano de 1976 o como director General de Urbanismo de la Generalitat. "¿Nos podemos imaginar esta Barcelona que admira el mundo con el barraquismo que inundaba Montjuïc y muchos otros barrios de la ciudad y su entorno metropolitano?", se preguntó Baltà amparado en el hecho de haber estado al frente del urbanismo de la vecina ciudad de El Prat, antes de que Solans afirmara que un análisis sociológico sobre el barraquismo realizado cuando aún estudiaba el curso preuniversitario marcó la orientación de su carrera hacia el urbanismo. Pronto llegó al barrio del Puerto que demostró conocer exhaustivamente confirmando sin afirmarlo haber participado en su transformación, describiendo una a una muchas de las actuaciones que habían llevado a la actual configuración de La Marina que ha contribuido a la recuperación de déficits sociales que se ha hecho ya la calidad de los equipamientos construidos, superando estigmas sociales que parecían insalvables. "Sin embargo -afirmó- el sector ha perdido parte de la condición social que tenía en la época de Candel. Sería bueno saber como él vería hoy la pérdida de ese mundo tan duro pero con unos valores de comunidad irrepetibles".
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